Los barros poseen una combinación de minerales que combaten desórdenes cutáneos. Regulan la circulación sanguínea ayudando a mantener las células cutáneas saludables y contribuye a su reparación. Efectúan una tarea exfoliante limpiando y eliminando las células muertas de la piel. Al mismo tiempo son agentes naturales nutritivos que suavizan la piel y la ayudan a mantener su nivel natural de hidratación. También juegan un papel importante en desórdenes cutáneos como psoriasis, eccema, piel seca y pruritos.
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